LOCALIZACIÓN
Chañe se encuentra en el noroeste de la provincia de Segovia. Es partido judicial de Cuéllar, siendo uno de los municipios de su Villa y Tierra. Está enclavado en el extremo oeste del Sexmo de la Mata de la Tierra de Cuéllar (una división administrativa medieval), lindando con Remondo, que ya forma parte de la administración de Íscar, y su parroquia siempre ha pertenecido a la Diócesis de Segovia.
Con todo ésto lo que se ha querido decir es que los impuestos recadudados en Chañe iban a parar a manos de los señores de la Villa de Cuéllar, puesto que en 1464 Enrique IV concedió su señorío a Beltrán de la Cueva, I Duque de Alburquerque y señor de la Villa y sus tierras, y seguirían siéndolo sus sucesores hasta la supresión de los señoríos en el siglo XIX. Los diezmos que recaudaba la parroquia eran para el obispado de Segovia.
Por su núcleo urbano fluye, prácticamente sin agua, el arroyo Marieles que al unirse al arroyo de la Sirpe un kilómetro más adelante forman el arroyo Jaramiel, que desemboca a la altura de Íscar en el río Pirón, ya en la provincia vallisoletana.
Tiene una superficie de 35km² y está situado en una llanura a 760 msnm. Las zonas boscosas que hay en el entorno son de pino negral, de uso para resina.
Por el pueblo pasan varias cañadas, las «autovías de la época», como la Cañada Real de la Reina y la Cañada Real de la Angostilla. También pasan cordeles, que tenían menos categoría que las cañadas, como el Cordel de Camino Real de Valladolid, el Cordel de las Carretas, el Cordel de San Antonio y el Cordel de Nuño-Gómez.
Tiene una red de carreteras muy amplia, aunque no sean carreteras importantes, pero está muy bien comunicado en este sentido. Está atravesado por la carretera SG-333, que une Íscar con Gomezserracín, y terminan las carreteras SG-V-3341, que le une con Coca, SG-V-3331, que le une con Vallelado, y SG-P-3421, que le une con Arroyo de Cuéllar.
EL CARRACILLO
Aunque Chañe está en la comarca natural de Tierra de Pinares (una amplia red de pueblos de las provincias de Valladolid, Ávila y Segovia) también forma parte de otra comarca natural dentro de la misma, El Carracillo, formado por un amplio número de pueblos con ciertas características en común y siendo un gran claro en medio de ese mar de pinares.
El origen del nombre es compuesto, Carra-cillo.
Carra significa camino, carretera; y cillo proviene de cirio o cielo; por lo que viene a significar camino de velas o camino del cielo.
El nombre procede concretamente de Samboal, puesto que allí estaba situado un priorato benedtino llamado Carracielo del Pinar, que fue donado en 1112 por el conde Pedro Ansúrez al cenobio palentino de San Isidoro de Dueñas. En esa época Samboal estaba situado 500m. más al norte, junto al río Pirón, pero por una crecida del río las construcciones se acercaron más al monasterio.
Hoy en día es una iglesia románico-mudejar con advocación a San Baudilio, y su parte conventual ha desaparecido por completo. Su estilo rompe con el resto de iglesias del Carracillo (una sola nave con espadaña, y elementos baratos) obviamente porque fué un monasterio.
No están definidos los pueblos que forman esta comarca porque no está delimitada, siendo varios pueblos de la Tierra de Cuéllar, que pertenecen al sexmo de La Mata y al sexmo de Navalmanzano, y Remondo, de la Tierra de Íscar. Los que lo forman a fondo fijo son los pueblos que forman la mancomunidad de regantes, que son Chañe, Fresneda de Cuéllar, Gomezserracín, Narros de Cuéllar, Remondo y Sanchonuño, y Arroyo de Cuéllar, Campo de Cuéllar y Chatún que están bajo el Ayuntamiento de Cuéllar. A estos pueblos se les puede añadir Pinarejos, Mudrián y San Martín (hoy en día bajo el mismo Ayuntamiento), Samboal, Mata de Cuéllar, Vallelado y Navalmanzano.
La principal característica de esta llana comarca que se encuentra entre los ríos Cega y Pirón es la arenosidad de sus tierras, unas arenas silíceas, suaves y finas. Esto hace que el agua de las lluvias se quede embalsada, formando pequeñas lagunas y arroyos, que hacen que los pastos sean abundantes y facilite el cultivo de regadío.
Al finalizar la Guerra Civil en 1939, Franco cerró las fronteras y con ello la importación y exportación de productos, con la absurda idea de que España se levantase por sí misma.
Por tanto, dejó de llegar a España un producto que no tiene, el café. El sucedáneo que había era la achicoria, una raiz que es idónea para cultivar en esta tierra arenosa. Ésto fue un auge para la economía de la zona, que después era tostada y tratada en numerosas industrias de Íscar y Cuéllar, entre otros lugares.
Franco se dió cuenta de que la economía española no se podría levantar por sí misma y en la década de los ’60 abrió las fronteras al comercio, provocando el éxodo de población de los pueblos a las ciudades y, ciñéndonos al tema, importando café.
Desde entonces, en la zona del Carracillo se decidió plantar hortaliza, siendo su principal motor económico hoy en día.
ARQUEOLOGÍA Y TOPONIMIA
El cultivar esta tierra tan fértil no es una idea de sus habitantes del último siglo. Hace miles de años sus pobladores ya se dieron cuenta.
Chañe ha sido declarado «Municipio de protección arqueológica», puesto que en su suelo se han encontrado gran cantidad de restos arqueológicos, concretamente 22 yacimientos.
Los más importantes corresponden a la Edad de los Metales y los más antiguos son los del Paleolítico Inferior (que terminó hace 100.000 años, aunque en ese momento el ser humano aun era nómada), pero también los hay de la época megalítica, célticos, celtíberos, romanos y visigodos.
Dicho así, no suena muy importante, de modo que cambiaremos la forma de decirlo…
Se han encontrado restos de la Edad de Bronce (entre la Edad de Cobre y la Edad de Hierro) y la Edad de los Metales terminó hace 6000 años. Es decir…, hace más de 6000 años estas tierras ya estaban habitadas. Ya había una civilización asentada. ¿Cuántas urbanizaciones pueden presumir de algo así?, seguramente ninguna. ¿Y cuántas ciudades o pueblos?, muy pocos.
Nos pensamos que en la Edad de los Metales pintaban en las cavernas y esas cosas, pero no es así. Ya tenían una sociedad jeraquizada y un sistema monetario.
Esperamos que diciéndolo así se pueda apreciar el valor que tiene, y quien quiera ver las piezas que se han ido encontrando, puede hacerlo en Segovia, en el Museo de Segovia, situado en Casa del Sol, que por 1€ que vale la entrada merece la pena.
Sin embargo la primera vez que se menta el pueblo de forma escrita es en el 1247, refiriéndose al lugar como «Channe».
La letra «Ñ» está compuesta por una «N» pequeña encima de otra, que con el paso del tiempo se ha convertido en la virguilla que usamos hoy en día, es decir… esa raya con doble curva.
El lugar se hacía llamar Ecta Fanni, que son palabras vasco-navarras, seguramente de repobladores. Ecta o Echa vendría a significar padre o abuelo, y Fanne sería Añe, el nombre antiguo del que salió el apellido Fáñez.
Por lo tanto, Chañe significaría «Padre Añe».
Curioso también es el nombre del cual procede el arroyo que atraviesa el lugar, el arroyo Marieles, que deriva de Mari Feles, nombre de mujer. Su nombre proviene de un pueblo que estuvo situado en término de Narros de Cuéllar, entre el arroyo al que le dio el nombre y la ermita de San Marcos, situada en lo alto de una loma. Marieles en 1528 contaba con 19 vecinos, y en 1591 estaba aún habitado, contando con 27 vecinos. Se despobló en el siglo XVII tras casi un siglo conviviendo anexado a Narros de Cuéllar.
DESPOBLADOS DE LA ZONA
Por toda esta zona han pasado más pueblos que no han tenido la misma suerte que Chañe y han acabado desapareciendo, como es el caso de Nuño Gómez, que se despobló antes del s. XVII y estaba situado junto al arroyo Marieles, dos kilómetros antes de su paso por Chañe.
Ruy del Manzano, más o menos en el punto intermedio entre Chañe, Vallelado y Arroyo de Cuéllar se despobló antes de 1528. La zona siglos después se llamó Romajano o Romanzano.
Pesquera, situado en la zona conocida con el mismo nombre, también se despobló antes de 1528. Estaba situado junto al arroyo Terrillo (que desemboca en el arroyo de la Sierpe) unos 2km al noroeste.
El Valle, estaba situado a 2’5Km en dirección Gomezserracín, junto a la carretera. No aparece ya en el censo de 1528. En sus cercanías se situa la ermita de San Antonio, que alberga la imagen de la patrona del despoblado.
Pelegudos, situado en el término de Campo de Cuéllar. Su único vestigio es la iglesia de San Mamés s. XII, la cual está rebajada a ermita conservando únicamente el abside, que se ha cerrado con un muro de mampostería.
Aun hay más depoblados en la zona, pero son más lejanos. Fueron pequeñas poblaciones menores creadas en tiempos de la reconquista a los musulmanes para repoblar la zona con cristianos y abandonadas todas en torno al s. XVI, principalmente por emigrar a «Nuevo Mundo».
Incluso también cercano pero en término de la Mata de Cuéllar, junto al río Cega, hubo un monasterio agustino con advocación a Santa María del Pino. Está documentado entre principios del siglo XIV y principios del XVIII. De dicho monasterio no quedan vestigios. Un palomar entre los pinos se situa en el lugar en el que estaba ubicado.
EDAD MODERNA (s.XVI)
Pese a no ser una villa, ya que dependía de la administración de Cuéllar, llegó a albergar una familia importante y pudiente. Una familia de hidalgos (o hijosdalgos, la categoría más baja de la nobleza), que como tales no tenían títulos nobiliarios aunque sí tenían cierto poder adquisitivo, poder social, y gozaban de sus derechos.
Mientras los nobles registraban los hechos importantes, los plebeyos no registraban absolutamente nada (lo normal es que no supiesen escribir). El problema de los hidalgos es que al estar en el limbo entre la nobleza y los plebeyos hay muchas lagunas de información por falta de documentos.
Eso es lo que ha ocurrido con la familia de Corral, la cual estaba encabezada por Luis de Corral (quien presuntamente procedía de la villa vallisoletana de Portillo), que casó con Juana Valdés, residiendo en Chañe con los privilegios que gozaban los hidalgos.
Luis de Corral fue profesor en la Universidad de Valladolid, doctorado, licenciado y catedrático, oidor de la Chancillería (lo que viene a ser un juez) y consejero del rey Carlos I.
El matrimonio es el fundador de la capilla de los Corrales en la iglesia de la Magdalena de Valladolid, presidida por un retablo plateresco tallado por Francisco Giralte a mediados del s XVI. Esta iglesia es reconocible por tener en su fachada el escudo de armas tallado en piedra más grande de España, perteneciente a don Pedro de la Gasca, virrey de Perú y Obispo de Palencia.
De este matrimonio nació don Diego de Corral Valdés y suyo es el escudo de armas que hay (ya algo deteriorado) en una de las casas de la plaza mayor.
Diego de Corral Valdés casó tres veces, la primera con doña Isabel Arellano Velázquez, natural de Cuéllar, con quien tuvo un hijo llamado Luis de Corral Arellano, quién casó con Isabel de Castro-Otáñez en Santo Domingo de Silos, lugar de nacimiento de su hijo Diego de Corral Arellano en 1570.
Diego de Corral Arellano no residió en Chañe, pero al igual que su abuelo fue oidor (juez) en el Consejo de Castilla, fiscal de la Real Audiencia, y como su tío (del cual hablaremos a continuación) caballero de la Orden de Santiago concediéndole el hábito en 1622. Diego Velázquez le pintó un retrato que lleva por título su nombre. Falleció en 1632.
El tercer matrimónio de don Diego de Corral Valdés fue con Mª Vázquez Rojas, casados en Turégano, de donde ella era natural, pero residiendo en Chañe.
De este matrimonio nació en 1566 Antonio de Corral Rojas, militar y escritor, y seguramente el chañero más destacado históricamente.
Fue consejero de Estado, capitán y sargento mayor en la milicia de Valladolid y caballero de la Orden de Santiago concediéndole el hábito en 1609 (al igual que su sobrino en 1622). Sirviendo a Felipe III luchó en las revueltas de Flandes y en la expulsión de los moriscos del Reino de Valencia, tema que usó para su tercera obra «Rebelión y expulsión de los moriscos del Reino de Valencia» publicada en 1613.
No hemos encontrado datos de matrimonio, hijos o fecha de su muerte.
PATRIMONIO
Iglesia de San Benito Abad
Es la unica iglesia con la que cuenta el pueblo y lo más representativo. Tiene advocación a San Benito Abad y es de grandes dimensiones.
No hay fechas de su construcción, ni se pueden suponer, debido a la mezcla de estilos que hay y a sus numerosas restauraciones, que han hecho que su aspecto sufra muchísimos cambios a lo largo de su historia, siendo notable que sus tejados y techumbres son contemporáneas.
Su exterior es imponente debido a sus dimensiones, con la portada como único elemento llamativo , situada en el lado de la epístola. Sobresale del cuerpo del edificio, como si de un pórtico se tratase. Con una puerta de medio punto, sin más elementos decorativos que una pequeña espadaña y campanario en lo alto.
Todo el edificio está cubierto con argamasa rayada, dando la impresión de que son piedras de sillería. Tiene un ábside recto y una moderna linterna sobre un crucero de gran tamaño.
La espadaña es voluminosa, de dos cuerpos, sillarejo el inferior y ladrillo el superior, que hace de campanario para sus tres campanas.
Su interior está compuesto por tres naves, separadas por columnas simples y compuestas, y presidido por el retablo mayor del siglo XVIII, de estilo barroco, que destaca ante el resto de retablos.
Un retablo que tradicionalmente es cubierto todos los Miércoles Santos por «el Monumento», que consiste en tres lienzos con pinturas que cubren su altar mayor durante la Semana Santa.
Estos lienzos se cree que son del s XVI y hay datos de cofradías locales que demuestran que llevan colocándose tradicionalmente desde 1780.
No es algo único de Chañe, en Mahamud (Burgos) tienen exivido uno durante todo el año, aunque si que es cierto que es una tradición que se está perdiendo. Son unos lienzos en los quepredomina el color azul, y hay ilustraciones con varios símbolos y referencias a la Pasión de Cristo y armaduras medievales, con trampantojos que hacen ver un relieve que en realidad no existe.
Ha sido restaurado recientemente, por lo que su estado actual es perfecto.
ermita del Santo Cristo de la Agonía
Como es habitual, las ermitas están situadas fuera del pueblo o a las afueras, ya que el pueblo crece y quedan absorbidas, y Chañe tiene una de cada, sin saber fechas de su construcción (hay leves indicios de que pueden ser del s XVI) y siendo las dos ermitas prácticamente iguales, de planta cuadrada y con tejado a cuatro aguas, diferenciándose únicamente por tener puerta simple o puerta doble.
Está situada cerca de la salida hacia Gomezserracín, absorbida por la parte más nueva del pueblo. Alberga un Cristo Crucificado de tamaño natural y dos pinturas de un pintor local. Tiene doble puerta de medio punto en el frontal ante un jardín con seis cruces.
ermita de San Antonio de Padua
Hay que dejar atrás las piscinas municipales y continuar por el camino que lleva a la Pesquera, para encontrar una zona verde protegida por una pequeña cerca ante la ermita. Está construida en honor a San Antonio de Padua, un santo lisboeta afamado por encontrar las cosas perdidas. Está ubicada en el lugar en el que se encontraba la aldea conocida por el nombre de El Valle y al despoblarse se colocó la imagen de la Virgen de los Remedios, su patrona, en el altar de la Ermita y la de San Antonio se trasladó a la iglesia. Una vez más, este Santo dio solución a algo que se había perdido.
resto de patrimonio
La plaza mayor cuenta con varias casas antiguas, siendo una de ellas, la que está frente al ayuntamiento, la que perteneció a don Diego de Corral. Aunque está plenamente rehabilitada (puesto que está en uso y es privada) conserva su portada original y su blasón, algo deteriorado.
El puente que salva el arroyo Marieles también tiene algo de intriga. Se puede apreciar que ha sido ampliado por todos sus costados, unos cinco metros a lo ancho (dos y medio a cada lado) y también por encima, para poder soportar el volumen de los vehículos de nuestros días. Además, en sus proximidades hay un azulejo en el que pone «Puente Ancha», haciendo referencia como nombre del puente a «Puente Ancho», pero dejando a entrever que el origen del puente es de hace varios siglos, puesto que en el castellano antiguo la palabra puente tenía género femenino.
Tiene tres ojos y da la impresión de que la parte que no ha sido transformada, pudiera pertenecer al s XVIII.
También hay varias «pegueras» por el pueblo y sus afueras. Son unas pequeñas construcciones de ladrillo con forma ovalada, en las que se quemaba la resina para conseguir «la pez», que se usaba para cubrir los barcos o las barricas de vino para impermeabilizarlos.
TRADICIONES
Al igual que todos los pueblos de la zona, en la noche del 30 de abril se coloca «el Mayo». Consiste en que los quintos (la generación que cumple 18 años) levanten el tronco de un árbol (generalmente un chopo) que se ha talado previamente. Tiene que aguantar en pie todo el mes de mayo y se solía hacer para despedir a los varones que se marchaban a hacer el servicio militar.
La Minerva es una celebración que consiste en una procesión que se realiza desde hace siglos en el interior de la iglesia el tercer domingo de cada mes.
El sacerdote va rezando la bula del Papa Benedicto XIV, del año 1748, en la que se concede a la parroquia de Chañe unirse a la Venerable Archicofradía del Santísimo Sacramento. La finalidad de esta celebración es rezar por «las intenciones que se indican en el documento» y que quienes lo hagan «ganen indulgencias».
Durante la celebración de La Minerva se reparten velas a los participantes, y los monaguillos recorren el templo con un incensario mientras hacen sonar las campanillas hasta que el sacerdote devuelve el Santísimo Sacramento al sagrario.
Sus fiestas mayores son en honor a San Roque, celebrándose el 15 de agosto, y aunque no cuenta con tradición taurina sí se lleva celebrando anualmente un campeonato nocturno de «motocross», que cuenta ya con más de veinte ediciones, aunque en sus inicios era diurno.
También en las mismas fechas se solía celebrar el «Fresarock» en su amplio frontón municipal, un festival punk-rock en el que han actuado grupos consagrados, pero que tras cambiar su sede a Cuéllar, se ha dejado de celebrar.
ECONOMÍA Y POBLACIÓN
Aunque cuenta con los servicios básicos de cualquier pueblo (bancos, tiendas de todo tipo, restaurantes, pensiones…), la economía está basada principalmente en la agricultura, centrándose en las hortalizas. Tiene dos empresas fuertes y punteras de recolección de fresas, que no sólo dan trabajo a gentes locales, si no que también a gentes de alrededores y extranjeras, puesto que por las campañas llegan muchos extranjeros, principalmente de Rumanía, llegando a residir de forma permanente en muchos casos.
Ésto ha servido para aumentar su población considerablemente. En el censo de 1528 contaba con 54 vecinos, una cantidad más que aceptable para la época. Su padrón desde 1840 se ha mantenido por encima de los 700 habitantes, llegando a los 1000 en las décadas de los ’40 y ’50, con el habitual bajón en los ’60. Pero gracias a estas campañas de recogida de fresas y hortalizas de hoy en día, cuenta con unos 900 habitantes, de los cuales un tercio son inmigrantes.
La convivencia de la gente natural de Chañe con los extranjeros es buena. Cada uno a lo suyo. Si un pueblo con menos de mil habitantes y con un tercio de su población inmigrante es capaz de lograr esa buena convivencia, ¿por qué no son capaces de lograrla en muchas ciudades o grandes paises?
Aparentemente Chañe no tiene nada destacable, pero una vez más se demuestra que todo pueblo tiene algo que ofrecer al visitante. Que todo pueblo tiene una historia que contar. Que la cultura no sólo está en los grandes museos de renombre o en las grandes ciudades. También está en esos pequeños pueblos, todos forman parte de la historia de nuestro país y no se les trata como se les debería de tratar.
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